Las aguas residuales representan uno de los mayores desafíos ambientales contemporáneos, tanto a nivel mundial como nacional. En el contexto mexicano, su generación, manejo y tratamiento son temas críticos que inciden directamente en la salud pública, la seguridad ambiental y la sostenibilidad de los recursos hídricos. Desde un punto de vista técnico, las aguas residuales son aquellas que han sido utilizadas en actividades humanas, industriales, comerciales, agrícolas o domésticas, y que por ende contienen contaminantes físicos, químicos y/o biológicos que alteran su calidad original.
En México, el tratamiento de aguas residuales está regulado principalmente por la Ley de Aguas Nacionales (LAN) y diversas Normas Oficiales Mexicanas, entre las que destaca la NOM-001-SEMARNAT-2021, que establece los límites máximos permisibles de contaminantes para las descargas en cuerpos receptores. Complementariamente, cuando estas aguas contienen sustancias peligrosas, también pueden regirse por la NOM-052-SEMARNAT-2005, en especial cuando hay presencia de metales pesados, solventes orgánicos o residuos industriales peligrosos.
Desde la perspectiva de un laboratorio ambiental como Orozco Lab, es esencial identificar el origen de las aguas residuales, ya que esto define el tipo de tratamiento requerido y las metodologías analíticas necesarias para su caracterización.
Son aquellas generadas en viviendas y comercios. Comúnmente contienen materia orgánica biodegradable, detergentes, grasas, residuos fecales, fósforo y nitrógeno. Su tratamiento requiere enfoques biológicos, como lodos activados o biodiscos.
Derivan de procesos de manufactura, minería, curtiduría, producción química, alimentaria, textil, entre otras. Contienen compuestos complejos como metales pesados (plomo, mercurio, cadmio), disolventes orgánicos (benceno, tolueno), grasas, aceites y sólidos sedimentables. Su tratamiento es más complejo y requiere análisis de peligrosidad conforme a la NOM-052-SEMARNAT-2005.
Provienen del riego y drenaje agrícola. Suelen contener pesticidas, fertilizantes y materia orgánica. Aunque a menudo son subestimadas, representan una fuente importante de eutrofización en cuerpos de agua superficiales.
En zonas urbanas, el agua de lluvia arrastra contaminantes de calles, techos y zonas industriales, lo que la convierte en una fracción relevante de aguas residuales mixtas.
El primer paso para el manejo adecuado de aguas residuales es su caracterización detallada. En Orozco Lab realizamos esta caracterización mediante métodos analíticos acreditados conforme a la norma NMX-EC-17025-IMNC-2018. La caracterización incluye:
Se realiza por espectrometría de absorción atómica o ICP-OES, especialmente cuando existe sospecha de contaminación industrial. Entre los metales comunes se analizan: arsénico, plomo, mercurio, cadmio, cromo, níquel y zinc.
Se determinan mediante cromatografía de gases acoplada a espectrometría de masas (GC-MS). Esta clase incluye sustancias como benceno, tolueno, xileno y compuestos halogenados.
Incluyen fármacos, hormonas, microplásticos y productos de cuidado personal. Aunque no están regulados explícitamente en muchas normas mexicanas, su presencia es cada vez más detectada en cuerpos de agua.
Incluye la cuantificación de coliformes fecales y totales, enterococos y Escherichia coli. Estos parámetros son clave para evaluar riesgos sanitarios, especialmente cuando las aguas tratadas se reutilizan.
El tratamiento adecuado depende del tipo de agua residual y los estándares de descarga. Los procesos pueden clasificarse en primarios, secundarios y terciarios.
Implica procesos físicos como sedimentación, cribado y desarenado. Su objetivo es eliminar sólidos grandes, arenas y grasas. Es una etapa indispensable para evitar obstrucciones en los tratamientos posteriores.
En esta fase se eliminan compuestos orgánicos biodegradables. Los métodos más comunes incluyen:
Etapa avanzada destinada a eliminar contaminantes persistentes, nutrientes (nitrógeno y fósforo) o patógenos. Involucra tecnologías como:
En México, la regulación ambiental en materia de aguas residuales está bajo la supervisión de la SEMARNAT, CONAGUA, y PROFEPA. Las principales normas aplicables incluyen:
A nivel internacional, los estándares del US EPA, OMS y la Unión Europea sirven como referencia para tecnologías de tratamiento y criterios de calidad.
El vertido de aguas residuales sin tratar provoca eutrofización de ríos y lagos, afectación de fauna acuática, proliferación de algas tóxicas, contaminación de acuíferos y enfermedades gastrointestinales en humanos.
En Orozco Lab, nuestro trabajo no solo se limita a medir contaminantes. También asesoramos a empresas en la optimización de sus procesos de tratamiento, apoyamos la identificación de fuentes de contaminación y elaboramos dictámenes técnicos en cumplimiento con la legislación vigente. Nuestra acreditación garantiza resultados confiables, indispensables para trámites ante autoridades como SEMARNAT o PROFEPA.
Con el estrés hídrico que vive México, el reuso del agua tratada cobra relevancia. Las aplicaciones incluyen:
Este reuso debe cumplir con la NOM-003-SEMARNAT-1997, que establece requisitos microbiológicos y fisicoquímicos para usos públicos y restringidos.
El tratamiento de aguas residuales no es un lujo, sino una necesidad urgente en México. Su adecuado manejo permite conservar nuestros cuerpos de agua, evitar daños a la salud pública, y promover un modelo económico más circular y eficiente. Desde Orozco Lab, reafirmamos nuestro compromiso con la ciencia, la normativa y la protección ambiental, brindando soluciones técnicas confiables para todos los sectores que generan o manejan aguas residuales.